El eucalipto (Eucalyptus) o eucaliptas, es un género de árbol perteneciente a la familia de las mirtáceas (Myrtaceae). La mayoría de gente tiende a confundirlo con una planta, aunque es un árbol que puede llegar a medir más de 60 metros de alto. A día de hoy, existen unas 700 especies diferentes, originarias de Australia y Nueva Guinea. No obstante, estas se han expandido por casi todo el mundo y tiene la peculiaridad de poder adaptarse a cualquier tipo de suelo.
Se trata de un árbol de rápido crecimiento, comúnmente utilizado en plantaciones forestales para la obtención de carbón, papel y extracción de sus aceites esenciales. A su vez, también se suele usar como elemento decorativo u ornamental.
Este árbol presenta numerosas interpretaciones y simbologías distintas. Mucha gente lo asocia a la prosperidad, por lo que se convierte en un elemento ideal para decorar oficinas o espacios de trabajo. Otra de las interpretaciones va estrechamente ligada con el sueño, pues se considera que el eucalipto ayuda a liberar energías pesadas y a mejorar la calidad del descanso. De hecho, este árbol tiende a asociarse a la buena salud y a la purificación del espíritu y el alma, atrayendo energía positiva.
El nombre de eucalipto proviene del griego, concretamente de la unión de dos vocablos: “eû”, que significa verdadero y “kalyptós”, que significa cubierto, por lo que la traducción literal sería “bien cubierto”. Esto se atribuye a la tapa que cubre el fruto.
El eucalipto se vende en ramas y es importante que tengas en cuenta cómo hay que preservarlas y conservarlas para que duren mucho más tiempo. A continuación, te damos algunos trucos y consejos para ello:
En caso de plantarlo en un jardín, deberás mantenerlo a una distancia de 10 metros de cualquier otro árbol o estructura, ya que crecerá significantemente. Si se trata de una maceta, deberás tener en cuenta que sólo podrá permanecer allí durante un tiempo, ya que no podrá crecer ni desarrollarse.
A partir de las hojas de eucalipto se puede elaborar aceite esencial, que se usa para enfermedades respiratorias como la gripe, la bronquitis o el resfriado. Además, otro de los múltiples beneficios de las hojas de este árbol es sus aplicaciones para la piel, pues es un remedio perfecto para los granos y la dermatitis.
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